lunes, 26 de enero de 2009

Hoy una luna azul me ha dejado un mensaje escrito sobre la pared de mi buzón de correo y sobre el mensaje un dibujo en forma de fotografía, y yo le dejo el siguiente:
Me ha gustado mucho...............................la fotografía: Es maravillosa, me gustan los lugares puros, las gentes puras. Me evocan y me transportan hacia mi infancia hacia sitios, situaciones, lugares y, por qué no, gentes, aún vírgenes y auténticas. No muy lejos de tí, yo era el dueño del viento, de los labios de la orilla que besaban mis pies, de las arenas y la fina yerba verde que, por un capricho imposible de mezclas de aguas salada y dulce, sobre ella crecía para deleite de una chiquillería de balones de fútbol. Me encantaban los días especiales de vientos tirando a galerna de poniente, lo desafía y le decía, "¡ves viento, ves como soy más fuerte que tú!" y contra él caminaba sobre una playa desierta, sitiéndome dueños de aquel paraíso aún salvaje y puro. Sí, cuando miro la fotografía del desierto del Kalajari y las bosquimanos que lo habitan y reverencian me llegan soplos de autenticidad y un suave paño de recuerdos acarician mi alma. La palabras..............también ayudan.

miércoles, 14 de enero de 2009

La semana pasada, rio abajo, llegó(llegué) al mar. Ansioso se acercó a su orilla y decidió comer allá y qué mejor acompañante, qué mejor comensal, que la luna para estar a orillas del mar(la mar de los marineros). Convidada pues fue la luna y ésta, en plena comida contemplaba, creo que divertida, la cara llena de ojos ansioso del río. Estaban solos la luna y el río y un silencio espeso, de ausencia total de las gentes, los ruidos, trajines de ir y venir, de lo cotidiano, imperaba con peso. El mar de afuera, la arena de afuera, la orilla entre mar y arena estaba en calma inanimada, nada se movía, casi parecía tiempo parado. Había otra orilla enfrente, pues mar y río allí se abrazan, con unas dunas y unos pinos más quietos aún si cabe. Y así allí, con el silencio espeso del comedor en los oidos y en los ojos la quietud paradas de arena y orilla, donde empieza mar que es espejo inmóvil sobre el que duermen mansamente las barcas con sus complices gaviotas dormidas también sobre sus proas,viento que solo es aire de tenue luz de sol y pinos fronterizos de allende la otra orilla pintando sobre el verde canas de color otoñal, sí, allí el río tornó a otros tiempos en la mirada y suspiró deseando un momento eterno como aquel por siempre jamás. Y mientras la luna, mirando ora al río, ora al mar, contemplaba con sonrisa de Gioconda, complice y complaciente. El río sintió la caricia de la mirada lunar y aún más fuerte quiso parar el tiempo.

jueves, 1 de enero de 2009

Lágrimas de sangre

El desamado solo lloraba
Y el desamado así cantaba
"Bien sabe dios que lo hiciera
si de tí pudiera vengarme
bien sabe dios que lo hiciera
pero es mi querer tan grande
que lo pienso y me da pena
y lloro gotas de sangre"
Pero en los ojos,hace tiempo, ya no quedan gotas
secos están, mirando al vacío,
ahora sangre de las sienes brota
mejilla abajo son un río;
Río abajo, boca, garganta, pecho inunda
río de sangre negra que lo ahoga
sangre amarga,triste,terrible, tremebunda
el desamado ya ni llora.
Se deja inundar de sangre cangrenada
a borbotones se desangra esperando la muerte
mientras la vida escapa, maldice su suerte
viendo escapar hacia otro lado la sangre amada.